La industria del aluminio ha trabajado y trabaja para adecuar su oferta a las necesidades del mercado de la edificación con el desarrollo y diseño de sistemas de carpintería que implican un ahorro de energía. Por eso, en Europa, millones de casas emplean sistemas de aluminio en puertas, ventanas, balconeras, etc. Además, el aluminio reporta entornos seguros, no tóxicos, más respetuosos con la salud. Por eso, en España y cada vez más en Europa, el usuario demanda ventanas de aluminio, en vez de otros materiales que, por su posible toxicidad, son poco recomendables para la salud.
El aluminio es una de las pocas materias primas prácticamente ilimitada, un 8% de la corteza terrestre es aluminio en distintas formas. Es un material ecológico y reciclable, respeta el entorno existente sin perder su carácter y fuerza. Responsable desde el punto de vista medioambiental, el aluminio es, con naturalidad, el material del futuro. Cada año el mundo usa más recursos naturales y genera más residuos como parte del progreso, pero a un alto precio. Por tanto, el desafío más importante que encara la industria es hallar maneras de conseguir un crecimiento sostenible y proteger el entorno para futuras generaciones.
El caso de España está agravado además porque, durante los últimos años, ha estado en los primeros puestos del ránking europeo de consumo de energía por hogar a pesar de que la supuesta benignidad del clima debería reducir la demanda. Los expertos opinan que esta situación obedece a factores como la escasa adecuación de las viviendas y el pobre conocimiento de las pautas de ahorro energético por parte de los ciudadanos.
En Europa, millones de casas emplean sistemas de aluminio en puertas, ventanas, balconeras, etc.
Reducción del 50% en el consumo de energía
Las fachadas con sistemas de aluminio pueden reducir el consumo de energía hasta un 50%. El factor clave de estos edificios 'inteligentes' es su interacción con el exterior, reduciendo notablemente el gasto en calefacción, aire acondicionado, ventilación y demanda de electricidad. ¿Cómo se consigue? Gracias a numerosas técnicas y procesos que incluyen paneles fotovoltaicos, óptimos mecanismos de ventilación y una gestión apropiada de luz y sombra con parasoles de aluminio.
Igualmente, un estudio de la Universidad de Delft ha revelado recientemente el gran potencial del reciclaje del aluminio en el sector de la construcción. La tasa de recuperación de aluminio en la demolición de seis edificios comerciales y residenciales situados en diferentes países europeos fue de más del 92%, lo que demostró el compromiso de la industria con el desarrollo sostenible.
El Código Técnico de la Edificación (CTE) apuesta por incrementar la demanda de calidad en el sector y fomentar las estrategias de desarrollo, persiguiendo un mayor compromiso por parte de los agentes de la edificación con la calidad y la eficiencia en las viviendas. Los sistemas de aluminio con rotura de puente térmico permiten un ahorro del 40% de energía, lo que supone una considerable reducción del gasto para el usuario. La rotura de puente térmico equipara las prestaciones térmicas del aluminio a las de otros materiales que, a primera vista, pudieran parecer más efectivos.
El aluminio es sinónimo de construcción sostenible por su tasa de reciclabilidad, su papel clave en la creación de un banco de energía, la conservación del medio ambiente y el ahorro en el consumo de energía y de recursos. La industria del aluminio es una de las industrias que más están haciendo para cumplir los retos de un progreso acelerado y un desarrollo sostenible, y es que el aluminio, gracias a sus ventajas únicas, va directamente al corazón del progreso.
El factor clave de estos edificios 'inteligentes' es su interacción con el exterior, reduciendo notablemente el gasto en calefacción, aire acondicionado, ventilación y demanda de electricidad.
Fuente: AluBild España
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